Papa
Pablo I
EnciCato
(757-67)
Fecha de nacimiento desconocida; muerto en Roma el 28 de Junio de 767. Era
hermano de Esteban II. Habían sido educados para el sacerdocio en el palacio
Laterano. Esteban confió a su hermano, que aprobaba la línea de conducta del
Papa con respecto al rey Pipino, muchos asuntos eclesiásticos, entre otros la
restauración a los Estados Romanos de las ciudades que habían sido tomadas por
los reyes lombardos Astolfo y Desiderio; Desiderio prometió devolver estas
ciudades. Mientras Pablo estaba con su hermano moribundo en el Laterano, una
parte de los romanos se reunió en casa del arcediano Teofilacto para asegurar la
elección de éste a la sede papal. Sin embargo, inmediatamente después del
entierro de Esteban (murió el 26 de Abril de 757) Paulo fue elegido por una gran
mayoría, y recibió su consagración episcopal el 29 de Mayo. Pablo continuó la
política de su antecesor hacia el rey de los francos, Pipino, y por eso mantuvo
la supremacía papal sobre Roma y los distritos de Italia central frente a los
esfuerzos de los lombardos y el Imperio de Oriente. Pipino envió una carta al
pueblo romano, exhortándole a permanecer fiel a San Pedro. En la respuesta
enviada por el senado y el pueblo de Roma al rey franco, se urgía a éste para
que completara la extensión de la provincia romana que él había arrebatado a los
bárbaros, y a perseverar en la obra que había comenzado. En 758 le nació una
hija a Pipino, y el rey envió al Papa las ropas usadas en el bautismo como
presente, renovando de esta forma el patrocinio papal. Pablo le dio las gracias
e informó a Pipino de la acción hostil de Desiderio, que había incumplido su
promesa de entregar las ciudades de Imola, Osimo, Ancona y Bolonia a Roma, y
también había devastado la Pentápolis en su expedición contra los rebeldes
duques de Spoleto y Benevento. Los dos ducados fueron conquistados y anexionados
por Desiderio (758). En Benevento Desiderio mantuvo una conferencia con el
embajador griego Georgios, y acordaron una alianza mutua de bizantinos y
lombardos en Italia central. En su camino de regreso Desiderio llegó a Roma, y
cuando el Papa le pidió la devolución de las antedichas ciudades, rehusó
obedecer. Prometió devolver Imola, pero a condición de que el Papa persuadiera a
Pipino de devolverle los rehenes lombardos que el rey franco se había llevado,
algún tiempo antes, en la época de su segunda victoria sobre el rey lombardo
Astolfo. Si Paulo no hacía esto, Desiderio lo amenazaba con ir a la guerra
contra él. El Papa estaba en un gran apuro. Encontraba difícil incluso conseguir
que el rey franco fuera informado de su situación. Dio dos cartas al obispo
Jorge de Ostia y al sacerdote romano Esteban, sus embajadores a Pipino, que
hicieron el viaje con el mensajero franco Ruperto. En la primera carta destinada
a garantizar a los embajadores un viaje seguro a través del territorio lombardo,
daba su conformidad a las demandas de Desiderio y pedía a Pipino que accediera a
los deseos de los lombardos firmando un tratado de paz y devolviendo los
rehenes. Al mismo tiempo los enviados tenían que dar al rey franco una segunda
carta secreta, en la que el Papa le comunicaba los últimos sucesos, le informaba
del acuerdo de Desiderio con los bizantinos para la conquista de Ravena, e
imploraba a Pipino que viniera en ayuda del Papa, a castigar al rey lombardo y a
forzarle a entregar las ciudades que retenía. Hacia el final de 759 otra
embajada fue enviada a Pipino. A primeros de 760 dos embajadores francos, el
obispo Remigio de Ruán, hermano de Pipino, y el duque Ansgar, se presentaron
ante Desiderio, quien prometió devolver su patrimonio a la Iglesia Romana en
Abril, y también entregar las ciudades pedidas por el Papa. Pero de nuevo rehusó
llevar a efecto sus promesas, las demoró, e incluso se introdujo por la fuerza
en territorio romano. Una vez más Pablo imploró la ayuda del rey franco. La
situación se hizo aún más amenazadora por la acción bizantina. Georgios había
ido del sur de Italia a la corte de Pipino y allí había vencido al embajador
papal, Marino. Pese a todos sus esfuerzos Georgios no pudo hacer cambiar de
opinión a Pipino. En 760 se extendió por toda Italia la noticia de que una gran
flota bizantina estaba navegando hacia Roma y el reino franco. Más tarde se
informó que los bizantinos pretendían enviar un ejército a Roma y Ravena. El
arzobispo Sergio de Ravena recibió una carta del emperador bizantino, en la que
buscaba obtener la sumisión voluntaria de los habitantes de Ravena. El mismo
intento se hizo en Venecia. Sergio envió la carta del emperador al Papa, y el
Papa lo notificó a Pipino. En caso de guerra con el Imperio de Oriente era
importante asegurarse el apoyo de los lombardos y consiguientemente Pipino
deseaba llegar a un acuerdo con Desiderio. Enseguida el rey lombardo mostró
mejor disposición en la cuestión del patrimonio romano incluido en territorio
lombardo, y cuando visitó Roma en 765, las disputas fronterizas entre el Papa y
él fueron arregladas. El rey franco mandó ahora a Desiderio a ayudar al Papa a
recobrar el patrimonio romano en las regiones del sur de Italia bajo gobierno
bizantino, y a apoyar los derechos eclesiásticos del Papa frente a los obispos
de estos distritos. La oposición de Pablo a los planes del emperador Constantino
Coprónimo no tenía realmente base política. El propósito del Papa era defender
la ortodoxia eclesiástica en lo referente a la doctrina de la Trinidad y a la
veneración de las imágenes contra el emperador de Oriente. Pablo despachó
repetidamente legados y cartas referentes a la veneración de las imágenes al
emperador de Bizancio. Constantino envió embajadores a Europa Occidental que, al
presentarse ante el rey Pipino, no disimularon su intención de negociar con él
lo referente a cuestiones dogmáticas, además de sobre la sumisión del exarcado
de Ravena a la soberanía bizantina. Los legados papales también se presentaron
ante Pipino en relación con estas cuestiones. A su vuelta, los legados pudieron
dar garantías de nuevo al Papa sobre las opiniones del gobernante franco, que
mantuvo junto a sí a dos de los embajadores papales, el obispo Jorge y el
sacerdote Pedro. En 767 se celebró un sínodo franco en Gentilly, cerca de París,
en el que se mantuvieron las doctrinas de la Iglesia relativas a la Trinidad y
la veneración de las imágenes. Pablo mostró gran actividad y celo en alentar la
vida religiosa en Roma. Convirtió su hogar paterno en monasterio, y cerca de él
construyó la iglesia de San Silvestro in Capite. La creación de esta iglesia
condujo a la celebración de un sínodo en Roma en 761. A esta iglesia y a otras
iglesias de Roma, Pablo trasladó los huesos de numerosos mártires desde sus
deteriorados santuarios de las catacumbas devastadas por los lombardos en 756.
Trasladó las reliquias de Santa Petronila (vid.) de la catacumba de Santa
Domitila a una capilla en San Pedro, erigida por su predecesor para este fin. La
leyenda de Santa Petronila motivó que en esa época fuera considerada hija de San
Pedro, y como tal se convirtió en la patrona especial romana de los gobernantes
francos. Paulo también construyó un oratorio de la Santísima Virgen en San
Pedro, y una iglesia en honor de los Apóstoles en la Vía Sacra, más allá del
Foro Romano. Murió cerca de la iglesia de San Pablo Extramuros, donde había ido
durante el calor del verano. Fue enterrado en esta iglesia, pero tres meses
después su cuerpo fue trasladado a San Pedro. El "Liber Pontificalis" también
alaba la caridad cristiana y benevolencia del Papa a la que se unía su firmeza.
Pablo es venerado como santo. Su fiesta se celebra el veintiocho de Junio.
Liber Pontificalis, ed. DUCHESNE, I, 463-467; Liber Carolinus, ed. Mon. Germ.
Hist.: Epist., III, 507 sqq.; KEHR en Nachrichten der Gesellschaft der Wiss. zu
Göttingen (1896), 103 sqq.; JAFFÉ, Regesta Rom. Pont., I, 277 sqq.; LANGEN,
Geschichte der römischen Kirche, II (Bonn, 1885), 668 sqq.;
HEFELE, Konziliengeschichte, 2nd ed., III, 431 sqq., 602; SCHNÜRER, Die
Entstehung des Kirchenstaates (Cologne, 1894); DUCHESSE, Les premiers temps de
l'Etat pontifical (2nd ed., Paris, 1904); DE ROSSI, Insigni scoperte nel
cimitero de Domitilla in Bull. di archeol. crist., ser. II, an. VI (1875), 5 ss.,
45 ss.; IDEM, Sepolcro di S. Petronilla nella basilica in via Ardeatina e sua
traslazione al Vaticano, ibid., Ser. III, an. III (1878), 125 ss.; an. IV
(1879), 5 ss., 139 ss.; MARUCCHI, Basiliques et églises de Rome (2nd ed., Rome,
1909); MANN, Lives of the Popes (London, 1902).
J. P. KIRSCH.
Transcrito por Douglas J. Potter
Dedicado al Immaculado Corazón de la Santísima Virgen María
Traducido por Francisco Vázquez