FE
La fe es el principio de la verdadera vida.
Ambas virtudes juntas proceden de Dios, las demás conducen para la
perfección. (S. Ignacio, carta a los de Efeso, n. 14, sent. l,Tric.T. 1,p.31.)"
"Nosotros no probamos
la verdad de la fe
por el mérito de los que la profesan; antes bien,
probamos el
mérito de las personas por la fe que siguen:
así ningunos son mas sabios, fieles
y grandes como los cristianos, mas solo son
verdaderos fieles los que
perseveran hasta el fin.
Tertuliano, lib.
de las prescrip. cont.
Hereg. c.
3, sent. 23, Tric.
T. l.p.202.)"
"Aquella mujer de
quien nos dice el Evangelio que tocó la extremidad
de la ropa de Jesucristo, no había puesto
su esperanza simplemente
en aquella ropa,
sino en el invisible
poder del que estaba revestido con ella. Es
preciso juzgar del
mismo modo de los que se acercan al santo altar, le
abrazan y saludan con un profundo respeto; pues no
esperan en las piedras ni en los leños, sino
solamente en la gracia que estas
mismas piedras y leños les representan. (S.
Anastasio, adv. eos, qui
human, in Christ.,
senl. °,
Tric. T. 2, p. 172.)"
"La fe tiene por objeto
verdades simples y puras, y Dios
no nos llama a la vida bienaventurada
con cuestiones difíciles, ni se sirve de artificios de
elocuencia para atraernos, sino que
ha reducido el
camino de la eternidad
a unos conocimientos breves, claros y fáciles
de concebir. (S. Hilario, (ib.
10, sent. 5, Tric. T. 2, p. 247 y 259.)"
"San Pablo
dice que es pecado lo que no viene de la fe: asi
podemos nosotros afirmar, que las palabras obras y pensamientos, que no miran a Jesucristo, se deben contar con lo
que es contrario a Jesucristo. ¿Qué deberá
hacer, pues, el que tiene el gran nombre de Cristo,
sino explicar, lo que ha pensado, lo que ha dicho y lo que ha hecho, y juzgar s¡
todas estas cosas han mirado a Cristo, o son ajenas al
Señor? (S. Gregorio de Nisa, de perfect.
Christ., sent. 13, adic.,
Tric. T. 4, p. 362.)"
"El que desea las honras humanas en
lugar de las del cielo, no es fiel, porque como dice el Señor: ¿Cómo podéis
creer los que pretendéis la humana gloria unos de otros, y no buscáis la honra
que sólo Dios puede dar? (S.
Gregorio, ibid., sent. 15, adic., Trie. T. 4, p. 363.)"
"Yo soy el Alfa y Homega, el principio y
el fin: en estas palabras se nos advierte que nuestra alma debe estar siempre
unida a Jesucristo, y que todo debe empezar por El y acabar en El; porque así
como nuestra salud eterna empieza creyendo en El, e imitándole, así es
necesario perseverar hasta el fin de esta imitación y en esta fe. (S. Ambrosio,
de Abrah., lib. 2, c.
5, sent. 14, Tric. T. 4, p. 315
y 316.)"
"¡Oh hombre! Es una cosa muy superior a
tu capacidad conocer la profundidad de la sabiduría divina: para ti debe ser
suficiente el creer. (S.
Ambrosio, in Psalm. I, sent. 36, Tric. T. 4, p. 320.)"
"Creyó Abraham a Dios, y esto se le
contó por justicia, porque no buscó la razón, sino que creyó con la fe más
obediente: lo que importa es que la fe preceda a la razón, no parezca que para
creer a Dios le pedimos la razón como si fuera algún hombre; porque sería
indignidad dar fe al testimonio de un hombre en lo que nos dice de otro, y no
creer a los oráculos de un Dios, cuando habla de sí mismo (S. Ambrosio, de
Abrah., c. 15, sent. 7, adíc., Tric. T. 4, p.
395.)"
"No solamente debemos considerar como
martirio la sangre que se derrama por la confesión de la fe: también deberán
contarse por un martirio continuado los incesantes servicios que hace a Dios el
alma pura sacrificada al Señor. (S. Jerón.,
Ep. ad. Eutoch., c. 108, sent. 25, Tric. T. 5, p. 243.)"
"Con dificultad se sujetan a la fe los
grandes, los nobles, los niños y aún con mayor dificultad los sabios y los
oradores. (S. Jerón., in Joan., c. 3,
sent. 87, Trie. T. 5, p. 254.)"
"Abraham creyó y esperó contra toda
esperanza: esto es, contra toda esperanza humana, puso en Dios su esperanza, y
esta lodo lo puede y todo lo vence. (S.
Juan Crisóst., lib. 4, in eos qui scandl., susnt., sent. 235, Trie. T. 6, p.
348.)"
"No demos fe a los presagios vanos,
porque todos son falsedad. Y si sucede ¿me diréis lo que dicen? Sucederá, sin
duda, para castigo de vuestra credulidad. Os habéis dejado prender en las redes
del espíritu maligno, pero el Señor es dueño de vuestra vida y el arbitro de
vuestra suerte. (S. Juan Crispí., Homl. S, c. 3. ad Timoth.. sent. 374, Trie. T.6,p.381.)"
"Si
deseamos tener bien radicada la fe, es necesario que sea puro nuestro modo de
vivir: este mantiene el espíritu que da toda la fuerza a la fe. A la verdad, es
imposible que no vaciles en la fe si tu vida es impura. No hay duda que los que
hablan de la fatalidad, burlándose, y no creen a las saludables palabras acerca
de la resurrección, se precipitan en este abismo de incredulidad por su mala
conducta y depravadas costumbres. (S.
Juan Crisóst., in terremot. Serm. 6, sent. 16, adic., 'Tric.T.6,p.456.)"
"La intención es la que hace buenas las
obras, y la fe es la que dirige y arregla la intención. (S. Agustín, Salm 7, sent. 20, Tric. T. 7, p.
456.)"
"Caminando por la fe, poniendo en Dios
vuestra alegría, practicando las buenas obras, y procurando purificaros
continuamente de las faltas leves con el ayuno, oración y limosnas, y diciendo
todos los días con sinceridad de corazón: perdónanos nuestras deudas, caminad
con seguridad, por el camino recto, avanzad con alegría y no temáis la venida
de vuestro Juez. (S. Agustín, Salín, 66, sent. 105, Tric. T. 1, p. 464.)"
"El objeto de la fe cristiana, es la
resurrección de Jesucristo. (S. Agust.,
Psalm. 116, sent. 158, Tric. T. 7, p. 408.)"
"Cuando admitimos la fe, no por esto
excluimos del todo la razón; por el contrario, procuramos con ella adquirir algún
conocimiento, aunque oscuro, de los misterios: pero con justo motivo preferimos
la fe a la razón, porque la fe es la que precede, y la razón no hace más que
seguirla, según este lugar de la Escritura: Si no creéis,
no conoceréis. A la verdad, si no sentáis los
fundamentos de la fe excluyendo loda duda, jamás
podéis levantar el edificio fundado
sobre el conocimiento de Jesucristo,
y por consiguiente, ni llegar a ser
hombre espiritual. (S. Cirilo Alejandrino, Commenl.
¡n Joan,
cap. 20, sent. 2. Tric. T. 8, p. 79.)"
"Un Dios, una fe, un bautismo. Un Dios y padre
de todos, el cual es sobre
todos, cuya providencia a todos se extiende y está
en todos nosotros. Permaneced inseparables, de esta
unidad, amados míos: seguid en ella loda santidad,
obedeced en ella a los preceptos del Señor, pues
sin fe es imposible agradar a Dios. Sin la fe nada es santo, casto ni vivo,
porque el justo vive de la fe. El que la perdiere, engañado del demonio, aun
viviendo, ya está muerto. (S. León Papa. Serm. 24,
cap. 6, sent. 17, Tric. T. 8, p. 384.)"
"Hermanos, la paz de nuestro corazón
está expuesta a grandes
"Amados míos,
la virtud y sabiduría de la fe Cristiana, son el amor de Dios y el del prójimo:
a ninguna obligación de piedad falla el que procura dar cullo a Dios y ayudar a
su hermano. (S.
León, Papa, Serm. 45, sent. 40, Tric. T. p.
392.)"
"El bienaventurado Apóstol
San Pedro, cuya le era muy fervorosa, y se sentía con valor para acompañar a
su Maestro en los trabajos y el suplicio hasta morir con El, se ablandó, y aun
se asustó con la voz de una criada que le acusó de que era discípulo de
Jesucristo, y negó a su Maestro poi flaqueza. Permitió Dios esta caída, como
es muy verosímil, con el fin de que la cabeza de la Iglesia fuese un modelo de
penitencia, y para que ninguno en adelante, confiase en su propia virtud, al ver
que tan grande Apóstol manifestó poca constancia. (S. León, Papa, Serm. 5.
sent. 4, Tric. T. , p. 3.)"
"No se ha de
profundizar mucho con el humano discurso en las cosas dignas de admiración que
la le nos obliga a creer: pues si nuestra razón pudiera comprenderlas, ya no
serían dignas (.le admiración. Mas cuando sucede que nuestro espíritu fluctúa
por alguna duda que nos trae la tentación en punto de la creencia que debemos
(tener; la! vez es necesario para confirmarse, traer a la memoria las cosas que
el uso y la experiencia le han dado a conocer, aunque no las pudiera descubrir
por la razón: para que se confirme con el! ejemplo de un electo semejante a
aquella le que empezó a balancear de algún modo por la grande confianza que
habíamos puesto en nuestro espíritu y razón.
(San Gregorio el Grande, lib. 5, c. 14, p. 10, sent. 20, Tric. T. 9,p. 236.)"
"Se
arrojan los malos pensamientos y vienen
los buenos, imitando la conducta del Centurión
para con los soldados y sus siervos. Decía al uno que se ausentase, y se ausentaba:
al otro, que viniese y venía. Otro
modo de arrojarlos es manifestarlos en la confesión.
(San Anselmo,
Novo Supplem., Tract.
Ascet., sent. 55, Tric.,
T. 9, p. 357 y 3.5^.)"
"Así como se dice:
Si no creyereis no entenderéis, así también se puede decir justamente: si no
deseáis, no amaréis justamente. El entendimiento pues, es el fruto de la fe, y
la perfecta candad lo es del deseo. Entre tanto, el justo vive de fe, y el
bienaventurado del entendimiento. Entre tanto, el justo desea ir a Dios, con el
ciervo a las fuentes de las aguas: pero el bienaventurado ya esta bebiendo con
gozo de las fuentes del Salvador, es decir, se esta deleitando en la plenitud de
la candad. (S.
Bern., F.p. 18. ad Petrum Cardm , sent. 9), adic., Tric. T. 10, p. 34S.)"