Macedonianismo
o pneumatómacos
(s. IV) -
conjunto de doctrinas heréticas
promovidas por el obispo de Constantinopla, Macedonio. Influenciado por las
teorías semi-arrianas, enseñó que el Espíritu Santo era una criatura espiritual
subordinada (como los ángeles), de naturaleza no divina ni consubstancial a Dios
Padre ni al Hijo. A pesar de ello, no todos los macedonios se pusieron de
acuerdo sobre la naturaleza del Espíritu Santo, considerándolo unos como la
divinidad del Padre y del Hijo, y otros, una mera virtud divina. Muchos
combatieron la herejía macedoniana destacándose San Atanasio, San Basilio,
Dídimo de Alejandría y San Gregorio Nacianceno. En el año 336, Macedonio, fue
destituido del cargo eclesiástico que poseía y sus doctrinas condenadas en el
primer Concilio Ecuménico de Constantinopla (381) llevado a cabo durante el
papado de San Dámaso I (366-384). Allí se reafirmó la doctrina de la divinidad y
consubstancialidad del Espíritu Santo, siguiendo la línea establecida en el
‘Símbolo de Nicea’, al que sólo se le agregó algunas palabras esclarecedoras:
‘Creemos (....) Y en el Espíritu Santo, Señor y vivificante, que procede del
Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo a ha de ser adorado y glorificado,
que habló por los santos profetas.....”
(conforme
versión de Dionisio el Exíguo)