Ideología, en sentido positivo, equivale a identidad. Y suele definirse como un sistema o conjunto de ideas que profesan un autor, una escuela, un grupo o una clase social.
Sin embargo, en pastoral, cuando hablamos de ideología, casi siempre adquiere un matiz peyorativo. Es sinónimo de falso, de alienación, de algo ilusorio. Todo ello como denuncia e influjo del marxismo y de algunos filósofos de la denominada izquierda hegeliana.
En este sentido, la religión como ideología equivaldría a "opio del pueblo", "creencias sin contenido". Con un agravante: la ideología no dejaría crecer a la persona ni descubrir un compromiso verdadero. Por ello, la ideología religiosa debe desaparecer. No sirve para hacer personas adultas, emancipadas y responsables de su destino y futuro.
BIBL. — K. H. WEGER, La crítica religiosa en los tres últimos siglos, Herder, Barcelona
1986.Raúl Berzosa Martínez