Introducción. El término fue empleado por primera vez por los trabajadores
portugueses para designar una estirpe o un clan, una tribu o una raza.
Deriva, probablemente, del latín castus, puro, aludiendo a la pureza de
sangre de un grupo social altamente endogámico, sin mezcla con elementos o
miembros de grupos extraños. La sociología ha precisado actualmente el
término tomando como arquetipo el sistema de c. de la India, por
contraposición al sistema de clases que predomina en Occidente. La
estratificación social (v.) oscilaría entre el modelo hindú y el de clases
abiertas de la sociedad norteamericana. Más preciso parece el concepto de
Sorokin, quien, entre los diversos grupos multivinculados, distingue la c.
de la familia, del clan, de la tribu y de la nación, por una parte; por
otra, del orden o estamento y de la clase; critica a aquellos sociólogos
que tienden a confundir el estamento, con la clase o con la c.
Cronológicamente, al principio sería la c., la cual, al incrementarse en
cierto grado la movilidad social (v.), daría lugar al estamento y después
éste a la clase. Inversamente, según la teoría de C. H. Cooley, que admite
poco cambio social, los individuos permanecen de ordinario toda la vida en
la clase en que han nacido; entonces las clases son cerradas, de modo que
cuando se convierten en estrictamente hereditarias se pueden llamar c.
(Social Organization, Nueva York 1909).
Para Maclver, el cerrado orden feudal se hallaba muy Próximo a
convertirse en c., la cual implica «un status invariable». Por esta razón,
en comparación con el desarrollo del sistema de clases en el Occidente
europeo y, posteriormente, hasta cierto punto, en los demás lugares, es
posible hablar de un principio de c. tendente a formar clases cerradas,
por lo cual resulta conveniente emplear esta expresión y la de clases
abiertas para indicar el predominio del principio de c., del de clase
respectivamente o la existencia de elementos de algunos de ellos. Sorokin
no comparte, sin embargo, el criterio de quienes, acentuando en la c. su
carácter cerrado y el orden jerárquico o la estratificación de las
diversas c. aplican sin reservas el término, p. ej., a la posición de los
negros en Estados Unidos respecto a la población blanca. No obstante, lo
hacen así, entre otros, W. F. Ogburn y M. F. Nimkoff, B. Barber y K. Davis.
Define Sorokin la c. teniendo presente el sistema hindú como más
Próximo al tipo ideal. La c. constituye «un grupo multivinculado cerrado,
solidario, organizado o semiorganizado, constituido por lazos sociales,
parentales, laborales, económicos, territoriales, religiosos y
lingüísticos». Tales lazos dan lugar a fundamentales semejanzas entre los
miembros de la misma c. en cuanto a mentalidad, cultura, conducta y manera
de vivir. Aparte de eso, una c. determinada constituye un estado definido
en la jerarquía de c. establecida netamente en relación a su inferioridad
o superioridad respectivas; la jerarquía se singulariza por una carencia
total de movilidad vertical. Sorokin explica, como sigue, cada uno de los
lazos que caracterizan en conjunto a una c.
Características. Homogeneidad racial, favorecida por la pertenencia
a la c. dentro de la cual se ha nacido y por la norma de estricta
endogamia matrimonial dentro de la misma y sus subcastas. En el grupo
parental, la c. adquiere sus miembros mediante los nacimientos ocurridos
dentro de ella y por el riguroso exclusivismo que prevalece en la misma.
Grupo global, atestiguado por el hecho de asignarse a cada c. su propia
ocupación hereditaria. Cada individuo continúa automáticamente con la
ocupación de su c., la cual se transmite de generación en generación. En
la India, incluso las ocupaciones de carácter delictivo constituyen un
monopolio de c. especiales. Grupo económico, en cuanto al nacer cada
individuo tiene ya una condición económica y social acorde con su c.
Grupos territoriales, ya que aun cuando se muevan de un lugar a otro lo
hacen siempre como un cuerpo único. Grupo religioso, no sólo en cuanto los
miembros participan de los mismos valores religiosos, sino en la medida
que la religión influye profundamente sobre la mentalidad y la conducta de
sus integrantes hasta el punto de constituir uno de los fundamentos del
régimen de c. (v. n). Grupo lingüístico, carácter incuestionable que hace
a sus miembros poseedores en común de muchos valores culturales
peculiares, distintos de los de otras c.
Añade Sorokin una característica negativa: eJ Derecho oficial del
Estado tiene muy poco que ver con el sistema de c., lo cual da lugar a que
el sistema social sea, en conjunto, descentralizado sin que ningún poder
del jefe o del consejo de ancianos esté limitado. La c., sin embargo, se
singulariza como tal por su posición definida en una jerarquía de c.
superiores e inferiores. En la India, de cuatro c. originarias y una larga
serie de subcastas, actualmente llegan a ser unas 3.000 y las subcastas
han proliferado en proporción. Mas la c. es absolutamente cerrada (o
tiende a serlo), pues sólo se ingresa en ella por el nacimiento y se sale
por la muerte; por lo demás, es obligatorio adherirse a ella. Constituye
un cuerpo solidario totalmente organizado, en el cual la conducta de los
miembros se halla regulada detalladamente por normas religiosas y
consuetudinarias, tanto respecto a las relaciones recíprocas dentro de la
c. como frente a los extraños. Por eso muchos han llegado a compararla a
un organismo.
Conformación social. La estratificación en c. da lugar a tipos de
sociedad o sistemas sociales específicos caracterizados porque la
jerarquía de las c. domina, dirige y unifica todas las restantes
estratificaciones. Tal sucede en la India, donde centenares de millares de
habitantes integran miles de sociedades diferentes. Como todas se hallan
dominadas por el sistema de c., la cultura, la conducta y la mentalidad
ofrecen una serie de semejanzas básicas, tópicas y únicas, clásicas de
poblaciones del tipo c., ya que las distintas agrupaciones de la población
hindú se ajustan y estructuran conforme a ese modelo. De ahí que las
principales tensiones sociales y los conflictos tengan carácter o, por lo
menos, motivaciones religiosas dada la importancia de la religión. Se
puede afirmar que todos los sistemas sociales oscilan entre este modelo y
el de las clases. Por eso el régimen de c. no sólo se da en la India, de
la misma manera que también aquí existen factores de movilidad social, aun
cuando sean muy débiles. Así en Occidente, cuyo modelo es el de clases
abiertas, coexisten elementos típicos del régimen de c.; esto es lo que ha
llevado a algunos autores a definirlo inadecuadamente.
No sólo los negros, los judíos, algunas sectas religiosas o
asociaciones gremiales y hasta asociaciones políticas clandestinas muy
cerradas pueden constituir tipos aproximativos, sino que el grupo social
más elemental, la familia, debido a la importancia del factor hereditario,
constituye una institución que tiende a introducir normas de conducta del
tipo c. en el esquema ideal de clases abiertas; en cambio, en la India
está sucediendo que las funciones del trabajo especializado introducen
elementos de éstas. Especialmente se observa tal interacción de normas
opuestas en las minorías inmigrantes.
Por otra parte, la sociedad parece exigir la coexistencia de
elementos de ambos tipos: una movilidad social excesiva podría conducir a
la pérdida de todo sentido normativo (anomía en Durkheim) e inducir a una
desintegración o incluso a una desorganización social excesiva (cfr. D.
Riessman, La muchedumbre solitaria, Buenos Aires 1964), tan perjudicial a
la larga como la opuesta tendencia al ajuste y a la integración, según el
módulo de las c. Lo normal, en una sociedad universalista, de clases
abiertas (cfr. B. Barber, Estratificación social, México 1964), es que
exista siempre alguna cantidad de particularismo (de c. o clases
cerradas), y viceversa. Este autor considera equívoco llamar sociedades de
c. a aquellas que han sido mantenidas pura y simplemente gracias a la
superioridad física de las clases sociales altas sin que, no obstante, ni
éstas ni las inferiores hayan aceptado el arquetipo institucional de c. El
ejemplo de la India también aquí resulta esclarecedor, pues se da la
coincidencia de que allí está, o ha estado hasta hace poco, muy
fuertemente desaprobada la movilidad social, debido a la creencia social
hindú de que los hombres han nacido radicalmente desiguales, apoyada, a su
vez, en las ideas religiosas sobre la transmigración y el renacimiento de
las almas individuales. La desigualdad social existe allí, pues, no sólo
como un hecho, sino como una necesidad moral. En su obra citada estudia
Barber tres modelos, concernientes, respectivamente, a la India hindú,
como tipo de c., a los Estados Unidos como tipo de clases abiertas y a la
Francia del s. XVIII como una mezcla de ambos tipos hasta que el cambio
social impulsó decididamente al sistema francés hacia el tipo de clases
abiertas, coexistiendo no obstante con normas del tipo c. otras de clase
abierta basadas en el ideal cristiano de la igualdad universal.
Tocqueville y Schumpeter han estudiado la evolución de la sociedad europea
teniendo en cuenta la imbricación de normas de ambos tipos.
V. t.: CLASES SOCIALES 1; GRUPOS SOCIALES 1; ESTRATIFICACIÓN SOCIAL;
MOVILIDAD SOCIAL; CLAN; TRIBU.
BIBL.: R. M. MACIVER, Sociología,
Madrid 1961; P. A. SOROKIN, Sociedad, cultura y personalidad, Madrid 1966;
íD, Social Mobility, Nueva York 1927; ID, Dinámica social y cultural,
Madrid 1962; W. F. OGBURN y M. F. NIMKOFF, Sociología, Madrid 1966; K.
DAvis, La sociedad humana, Buenos Aires 1965; íD, The Population of India
and Pakistan, Princeton 1951; A. M. HOCART, Caste: A Comparative Study,
Londres 1950; C. BOUGLÉ, Essais sur le régime des clases, París 1908; J.
A. SCHUMPETER, Imperialismo y clases sociales, Madrid 1966; A. DE
ToCQUEVILLE, La democracia en América, México 1962.
D. NEGRO PAVÓN.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp,
1991
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