Los datos históricos sobre esta santa, decapitada el 24 ó 25 nov. 305 por
orden del emperador MaXImino, son muy escasos. El episodio de su martirio
inspiró una afortunada y difundida leyenda que tiene el siguiente
desarrollo, común a las más antiguas redacciones griegas y a una árabe.
Habiendo el Emperador promulgado un edicto que ordenaba ofrecer
sacrificios a los dioses, una joven cristiana de nombre Hecaterina, hija
única de un noble de Alejandría, extraordinariamente bella, rica y docta,
se trasladó al templo e interpeló en público al Emperador. A tal
interpelación siguió un debate religiosofilosófico entre ella y los
mejores retóricos, convocados por el Emperador (que en la leyenda recibe
el nombre de Majencio), los cuales al final se declararon vencidos:
condenados a la hoguera, se convirtieron y pidieron a C. la señal de
Cristo (en este episodio se basa la invocación de C. como patrona de los
filósofos). El Emperador ofreció en vano a C. la corona imperial; entonces
la hizo golpear con nervios de buey y mandó que fuera encarcelada. Durante
los 12 días de prisión recibió milagrosamente alimento de una paloma y
llegó a convertir a la misma emperatriz Augusta y al tribuno Porfirio.
Condenada a sufrir el tormento de la rueda, se vio librada por un ángel.
Por último el Emperador ordenó que fuera decapitada. De sus venas surgió
leche en vez de sangre, mientras cuatro ángeles transportaron el cuerpo al
Monte Sinaí.
El núcleo original de esta narración podría ser anterior al S. VII.
Trasladada a Occidente, la leyenda se enriqueció entre los s. XIII y XIV
con el episodio de la conversión de C. a la fe cristiana. Amplia y diversa
es la serie de redacciones latinas y romances que desarrollan en verso o
en prosa los dos episodios, a veces separados y otras veces unidos. Los
episodios de la leyenda han sido abundantemente representados en la
iconografía y en el arte. La traza más antigua de culto se nos da por una
pintura del S. VIII descubierta en 1948 en la basílica romana de S.
Lorenzo. De los elementos de la antigua leyenda, ha quedado sobre todo en
el culto popular la rueda para caracterizar a la santa. Es considerada
generalmente protectora de las muchachas y de las núbiles, cuya edad honró
con su ciencia y su virtud.
BIBL.: D. BALBONI, G. B. BRONZINI
y M. V. BRANDI, Caterina d'Alessandria, en Bibl. Sanct. 3,954-978 (con
bibl. muy abundante) H. KNUST, Geschichte der Legender der H. Katharina
von Alexandrien u. der h. Maria Aegyptiaca nebst unedierten Texten, Halle
1890; H. VARNHAGEN, Zur Geschichte der Legende der Katharina von
Alexandrien, Erlangen 1891; J. VITEAU, Passions des Saints Écaterine et
Pierre d'Alexandrie, Barbara et Anysia„ París 1897; íD, La légende de S.
Caterine, «Annales de Sannt-Louis-des-FranQais» 2 (1898) 5-23; P. PEETERS,
La «Passio graeca» de S. Catalina, «Analecta Bollandiana» 26 (1907) 5-23;
G. B. BRONZINI, Una redazione umbro-senese della leggenda di S. Caterina
d'Alessandria, «Rendiconti della Classe di Scienze morali, storiche e
filologiche della Aceademia Nazionale dei Lincei», Roma 1952, 1-2, 75-106;
íD, La legenda di S. Caterina d'Alessandria. Passioni greche e latine, ib,
Roma 1960; íD, La leggenda di S. Caterina d'Alessandria di «Rainero da
Preceno», in «Atti e Memorie dell'Arcadia», Roma 1967; C. NARBEY,
Supplément aux Acta Sanctorum pour des Vies de saints de l'époque
merovingienne, 11, París 1912, 317-328; Vies des Sains et des Bienheureux,
XI, París 1954, 854-972.
GIOVANNI BATTISTA BRONZINI.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp,
1991
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