Teólogo católico, n. el 7 en. 1895 en Soisy-sur-Seine. En 1913 entró en la
orden dominicana, sintiéndose atraído particularmente por la
contemplación. De 1914 a 1920 cursó estudios en el Angelicum de Roma. En
este periodo ejerció gran influjo en él su maestro R. Garrigou-Lagrange
(v.), a través del cual se interesó por las cuestiones relacionadas con la
naturaleza y propiedades de la fe. Posteriormente, bajo el impacto de la
Introductio in historiam dogmatum (París 1922), de R. Schultes, se orienta
hacia los estudios sobre las relaciones entre fe y ambiente cultural. De
Roma pasó a Le Saulchoir (Bélgica), donde explicó historia de los dogmas e
historia de la civilización medieval, en el Estudio General de los
dominicos. De esta época data su estudio o investigación histórica más
importante: La théologie comme science au XIII siécle (1927). En 1932- es
nombrado rector del convento de Le Saulchoir; en ese mismo año interviene
en la Fundación del Instituto de Estudios Medievales de Montreal (Canadá).
En 1937 se distribuye,, pro manuscripto, un ensayo suyo titulado Une
école de théologie, Le Saulchoir, en el que propugna una reforma de los
estudíos y de la enseñanza teológica. Este escrito, que en algunas de sus
afirmaciones implicaba una desvalorización del papel de la razón en la
tarea teológica y una supravaloración de la experiencia religiosa, fue
puesto en el indice (1942). Como consecuencia, Ch. hubo de renunciar a su
cátedra. Se dedicó entonces de lleno al ministerio pastoral, dando su
apoyo a los «sacerdotes obreros» y a la «misión de París»; él acuñó la
expresión «la Iglesia en estado de misión». También surgieron problemas en
esta nueva actividad, así como con respecto a escritos con ella
relacionados, ya que su visión de las clases sociales y del proletariado
pareció influida por las ideas marxistas. Después de la 11 Guerra mundial,
en 1946, . es nombrado profesor en la Sorbona, en la que permaneció hasta
1953. Poco después es restituido a su cátedra en Le Saulchoir, siendo
objeto de una cierta rehabilitación, que nunca fue completa, ya que sus
ideas continuaron suscitando dudas. Así no fue incluido entre los peritos
del Conc. Vaticano 11, y si estuvo presente en Roma durante sus trabajos
fue sólo a título de asesor personal de un obispo de Madagascar.
El tema de su reflexión teológica lo constituyen sobre todo: la
naturaleza de la fe y de la teología, la escolástica medieval y la
realidad social. Con respecto a lo primero Ch. se opone a una teología de
tipo intelectual para propugnar una nacida de la experiencia, insistiendo
en que el objeto de la fe es personal: Dios revelado en Cristo, una
persona viva y amante. Hay en sus páginas acentos muy positivos, pero a la
vez un cierto riesgo de agnosticismo; de hecho el tema del valor
intelectual de la fe fue una de las cuestiones reafirmadas por Pío XII
(v.) en su enc. Humani generis de 1950. Con respecto a la realidad social,
Ch. piensa que el movimiento de la encarnación cristiana corre paralelo
con una progresiva «humanización» de los hombres. Bajo esta perspectiva,
Ch. desarrolla su análisis de la humanidad actual y elabora su teología
del trabajo, presidida por el pensamiento de que, a través del devenir, el
hombre cumple el encargo divino de realizarse a sí mismo. Frente al juicio
negativo que el fenómeno de las masas merece a algunos pensadores (p. ej.,
Ortega y Gasset, v.), Ch. quiere descubrir valores positivos en dicho
fenómeno; así, las masas, dice, son el lugar donde se toma conciencia de
la comunidad de destino, el mundo técnico posibilita el encuentro en el
amor, etc. En el proceso de unificación de la humanidad, Ch. ve una
prefiguración del Cuerpo místico (v.) de Cristo. Estas ideas de Ch.
-análogamente a las, en algunos puntos coincidentes, de Teilhard de
Chardin, v.- suscitan críticas, siendo acusadas de estar expuestas a una
naturalización de la realidad cristiana.
Obras principales: La théologie come science au XIII`' siécle, 1927,
3 ed. París 1957; Introduction á l'étude de St. Thomas d'Aquin, ib. 1950;
Pour une théologie du travail, ib. 1955 (Barcelona 1960); La théologie au
XII` siécle, ib. 1957, 2 ed. 1966; Saint Thomas d'Aquin el la théologie,
ib. 1959 (Madrid 1962); La Parole de Dieu, 1: La lo¡ dans Pintelligence,
11: L'Évangile dans le temps, ib. 1964 (Barcelona 1966); Peuple de Dieu
dans le monde, 1966. Elenco bibliográfico completo de Ch., en Mélanges
offerts á M. D. Chenu, 1967.
BIBL.: O. DE LA BROSSE, Le Pére
Chenu, París 1969; Y. M. CONGAR, en Bilan de la théologie au XX, siécle,
París 1971, II, 772790; M. A. BARTH, en. Tendenzen der Theologie im 20
Ianrhundert, Stuttgart 1966, 409-415 (muy favorables a Ch.); más crítico:
B. MONDIN, 1 grandi teologi del secolo ventesimo, I, Turín 1969, 157-194.
R. GABÁS PALLÁS.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp,
1991
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