PATERNALISMO I. SOCIOLOGIA
Concepto. Alain Birou define el p. como la «actividad y comportamiento de un
jefe o de un superior jerárquico frente a sus subordinados o sus inferiores que
trata con la condescendencia de un padre respecto a sus hijos menores de edad»
(o. c. en bibl., 197).
El p. es, pues, un concepto muy amplio, aplicable, en principio, a todas
las clases de poder y autoridad. Se puede hablar, por tanto, de un p. político,
religioso, económico, o referente a las relaciones industriales, e incluso
cultural o docente. Referido a nuestro tiempo, se ha utilizado preferentemente
para calificar las relaciones de este tipo entre patrones y obreros (v.). La
nota distintiva común a todo p. es la forma de ejercicio del poder según el
modelo de la autoridad paternofilial, en sí mismo correcto dentro de la
institución familiar, pero que no puede extenderse siempre a otros campos. La
aparición y empleo del término p. es relativamente reciente y se puede afirmar
que no es anterior al s. XIX. No es tampoco en su origen un concepto científico,
sino de tipo más bien ideológico, con el que los nuevos movimientos sociales y
políticos modernos calificaron en sentido peyorativo un sistema de relaciones
que pretendían superar.
Concepciones y realizaciones paternalistas. Tanto las ideas que supone el
p. como sus realizaciones prácticas son muy antiguas. En el campo ideológico se
puede decir que, en general, la mayor parte de las doctrinas políticas de la
Antigüedad presentan rasgos paternalistas más o menos acusados. En las doctrinas
políticas en países cristianos arraigaron también algunas formas de p. Sin
embargo, no hay que confundir plenamente con el p., en el sentido sociológico o
político peyorativo, ciertas expresiones de un ideal en el modo de ejercer la
autoridad, que sea responsable y humano o cordial. Así, p. ej., decía Luis
Vives: ¿qué otra cosa es regir y gobernar', sino mirar al bien de los gobernados
y cuidarlos con la misma amorosa vigilancia con que su padre cuida por sus
hijos? Por esto, el Príncipe es llamado Padre de la Patria (De la Concordia y
Discordia, libro I, vol. 2, Obras completas, Madrid 1948, 100). Estas
expresiones u otras parecidas pueden dar origen a diversas formas de p. o no. El
p. propiamente dicho se dará cuando en el ejercicio de la autoridad se trate a
los demás como menores de edad o, sin atender a su condición de personas (v.),
con libertad y responsabilidad propias.
Posteriormente, una corriente intelectual que presenta sin duda un
carácter paternalista es el despotismo ilustrado (v.). En los tiempos
contemporáneos, una vez utilizado el término, en su sentido peyorativo inicial,
no se encuentran teorías paternalistas expresas. Antes bien, las realizaciones
paternalistas de este periodo, especialmente en el campo industrial, se basan
primero en concepciones humanitaristas y en la creencia en la humana
perfectibilidad y, después, en teorías técnicas o sociológicas sobre el
rendimiento y la satisfacción en el trabajo.
La antigüedad de las realizaciones prácticas paternalistas se remonta,
limitándose a las más significativas, a los mismos orígenes históricos de la
organización política con el patriarcalismo o patriarcado (v.). Éste,
propiamente, es un sistema familiar en el que, en sus comienzos sobre todo,
aparece una mezcla en la organización familiar y política, recayendo ambos
poderes en la persona del padre de familia, por lo que puede ser calificado de
sustancialmente paternalista. En formas políticas más evolucionadas, en la Edad
Media, tiene lugar una estructuración de la sociedad, en diversos grados y
manifestaciones, a veces, según un patrón paternalista. Rasgos de este patrón se
encuentran en la estructura feudal, ordenada jerárquicamente de arriba abajo, y
a veces, en el mismo sistema gremial. Al mismo tiempo, aparecen rasgos
antipaternal¡ stas, en la época medieval, en las limitaciones del poder real que
representaban ciertas tradiciones y costumbres, derechosparticulares, fueros,
etc., así como el derecho divino y los poderes espirituales.
Un ejemplo de p., principalmente de tipo cultural, se halla históricamente
en los reinados de los monarcas franceses y españoles del despotismo ilustrado y
de Federico II de Prusia y Catalina II de Rusia, en cuanto pretendían hacer la
revolución desde arriba y considerando función primordial de su gobierno la
elevación del nivel cultural del pueblo. La manifestación más típica del p. en
los tiempos modernos ha tenido lugar en algunas empresas privadas y se ha
traducido en ciertas realizaciones sociales hechas espontáneamente por la
dirección de las empresas para mejorar y elevar las condiciones de vida y de
trabajo de los obreros, pero sin respetar los auténticos derechos del obrero,
manteniéndole en condiciones de inferioridad. Este fenómeno obedece, en algunos
casos, a una buena voluntad, pero errónea, de ejercer la autoridad, sin respetar
la justicia social (v. JUSTICIA IV, 2). En otros casos, obedece a razones
tácticas en el esfuerzo del capital por la defensa de sus intereses o
privilegios, o a motivos económicos de aumentar el interés de los obreros en la
producción e incrementar su rendimiento.
Tipo particular de p. político en nuestra época, que presenta un carácter
desviado, es el patronazgo político con sus variantes territoriales (v.
CACIQUISMO, etc.). En general, se puede decir que es una forma de monopolio del
poder político, dentro de una determinada comarca de una nación, por personas
influyentes, a base de ganarse la adhesión de una clientela a la que, una vez en
el poder, favorecen especialmente, haciendo que reviertan en su favor particular
muchas de las ventajas públicas. Otra forma, de p. suele darse en las dictaduras
de todo tipo, en los Estados de inspiración marxista, comunista o socialista.
BIBL.: H. S. PERSON, Welfare Work, Industrial, en Encyclopedia of Social Sciences, XV, 395-399; A. BIROU, Paternalisme, en Vocabulaire pratique des Sciences Sociales, París 1966; M. PETROCCIi1, Paternalismo, en Enciclopedia Cattolica, IX, Ciudad del Vaticano 1954, 941; A. MILLÁN PUELLES, Persona humana y justicia social, Madrid 1962; v. t. la bibl. de II.
R. SIERRA BRAVO.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991