Autor: P. Paulo
Dierckx y P. Miguel Jordá
Fuente: Para dar razón de nuestra Esperanza, sepa defender su Fe
Tema 34:
Nuestra
identidad católica
¿Qué son las Iglesias Cristianas?
Iglesias cristianas son aquellas comunidades de creyentes que
aceptan a Jesucristo como Hijo de Dios y Salvador. Católicos y Evangélicos
somos cristianos porque nos inspiramos en la persona de Cristo.
No son cristianos, en cambio, los musulmanes fundados por
Mahoma, que vivió en el siglo VI, ya que ven en Jesús sólo a un profeta a
quien ponen al mismo nivel de Moisés o de Mahoma. Tampoco son cristianos los
Mormones que no consideran a Jesucristo como Dios y dan más importancia al
Libro del Mormón, escrito por José Smith en 1827, que a la misma Biblia. (Smith
murió linchado por decenas de maridos traicionados por él, aunque él decía
que todo se lo revelaba un ángel en unas planchas de oro). Tampoco son
cristianos quienes ven en Jesús de Nazaret sólo a un hombre bueno y sabio y no
a Cristo el Salvador ungido por Dios.
El Consejo Mundial de Iglesias fundado en 1948 acepta como
miembros sólo a las comunidades que aceptan que Dios es Padre, Hijo y Espíritu
Santo, y que el Hijo de Dios hecho hombre es Jesucristo como lo atestigua la
Biblia. Desde el Concilio Vaticano II (1962-1965) la Iglesia Católica coopera
en el movimiento ecuménico con las demás Iglesias Cristianas.
¿Quiénes somos Católicos?
Somos católicos los que además de ser cristianos aceptamos
por el Bautismo ser miembros de la Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostólica.
¿Ahora bien ¿Cómo se sabe en la práctica si uno es o no
es católico? La nota más distintiva para saber a qué Iglesia pertenece una
persona es su adhesión o rechazo al Papa. El católico acepta al Papa como
Vicario de Cristo, como Pastor universal de la Iglesia dejada por Jesús. Así
que un católico unido al párroco, al obispo y al Papa, se sabe seguro dentro
la Iglesia Católica. Los evangélicos rechazan la autoridad del Papa. Los
ortodoxos se llaman católicos pero también rechazan la autoridad del Papa.
Tenemos que orar para que llegue el día y la hora prevista por Dios parar el
feliz reencuentro con la Iglesia Ortodoxa y ojalá también con las
denominaciones evangélicas.
¿Qué es el Ecumenismo?
El Ecumenismo es el movimiento nacido bajo la acción del Espíritu
Santo que busca la unión de los cristianos de diferentes iglesias mediante el
diálogo teológico, la oración y el servicio en común a los más necesitados.
El católico que se siente seguro de su Fe puede orar con cristianos de otras
Iglesias, pero sin dejarse atropellar. También puede hacer con ellos obras
buenas y practicar la solidaridad con los más necesitados, pero el diálogo
teológico se debe dejar a los especialistas. El católico debe tratar con
respeto a los que tienen otra religión (Col. 4, 5-6) y debe exigir también
este mismo respeto. La Iglesia católica mantiene un diálogo religioso de
acercamiento con otras confesiones no cristianas a condición de que respeten
los postulados de nuestra Fe católica y los Derechos de la persona humana. Hay
grupos que manipulan la mente de sus adherentes y los llevan a acciones
antinaturales y de suicido como se ha visto en varios casos en años recientes.
¿En qué consiste la identidad católica?
1) La Iglesia Católica fortalece su unidad y resuelve
diferencias de opiniones doctrinales en los Concilios Ecuménicos, según el
modelo de Hechos 15. Los Concilios no deciden simplemente por presión de la
mayoría, sino teniendo en cuenta lo que la Iglesia ha creído siempre y en
todas partes, basándose en la enseñanza y práctica de Jesucristo, de sus Apóstoles
y sucesores más antiguos.
2) La Iglesia Católica respeta la autoridad del sucesor de
Pedro en materia de fe y disciplina y da importancia central a la caridad y a la
Eucaristía. Ciertas prohibiciones de comidas están suprimidas en el Nuevo
Testamento (Gál. 4, 3-11; 5, 1-5; Col 2, 16; Heb. 13, 9). Los primeros
cristianos cambiaron el sábado (del hebreo «shabat», reposo) por el primer día
de la semana, que llamaron Domingo (del latín «Domini dies», día del Señor),
en el cual empezaron a celebrar la muerte y Resurrección de Jesús representada
en la Ultima Cena (Lc. 22, 14- 20; Hech. 20, 7). El mismo Jesús daba más
importancia al amor al prójimo que a los ayunos y al sábado (ver Mc. 2,
18-22).
3) La Iglesia Católica tributa devoción, sin adoración a
María, a los santos y a los ángeles. Adorar es reconocer a Dios como creador,
salvador y santificador. Los católicos reconocemos como Dios solamente al
Padre, a su Hijo Jesucristo y al Espíritu Santo. Por ignorancia, los evangélicos
acusan erróneamente a la Iglesia de adorar a la Virgen María, a los santos y a
los ángeles. Los católicos vemos en María y demás santos a cristianos
cercanos a nosotros, que nos muestran como seguir a Jesús y que ruegan a Dios
por nosotros. Ellos nos ayudan a alcanzar la santificación que consiste en la
plena unión con Dios y en el amor al prójimo. Sólo a Dios pedimos que tenga
piedad de nosotros.
4) La fe católica acepta y practica la doctrina social de la
Iglesia. Los obispos unidos al Papa aplican las enseñanzas bíblicas a las
relaciones sociales, ya para una época, ya para un continente o país, en favor
de la liberación de los pobres y oprimidos. Ciertos cristianos acusan a los
obispos de meterse en política. Si bien los obispos no pueden usar su cargo en
favor de un partido político, deben exigir a todas las autoridades un uso
correcto del poder que viene de Dios para servir al bien común.
En el Credo aprobado en los Concilios de Nicea y de
Constantinopla, mucho antes de la separación de las grandes Iglesias cristianas
actuales, se resume la identidad de la verdadera Iglesia diciendo que es Una
(unida en su fe y disciplina), Santa (en su fundador y en su meta, aunque
incluye pecadores, aun en sus miembros. Católica (o abierta a todos) y Apostólica
(derivada de los Apóstoles y dedicada al apostolado).
Algunas consecuencias prácticas
Las Sociedades Bíblicas Unidas se dedican a traducir la
Biblia desde los originales hebreo, arameo y griego y a editarla barata, gracias
a donaciones. Las ediciones católicas le agregan notas o explicaciones para
evitar interpretaciones que se aparten de la tradición original. La Iglesia Católica
mantiene contacto con las S. B. U. a través de la Federación Bíblica Católica.
«La Biblia de Estudio» es una traducción de las S. B. U. con notas católicas,
que incluye los libros deuterocanónicos. Ni la Iglesia Católica ni las
Sociedades Bíblicas aceptan la traducción de la Biblia de los Testigos de
Jehová (editadas por la Watchtower Bible Association, o Asociación Bíblica
Atalaya), porque adaptan la traducción a sus propias doctrinas, sin respetar
los manuscritos más antiguos que se conservan en las lenguas originales.
La Iglesia Católica Ortodoxa que se separó de la Iglesia
Católica en el siglo XI conserva la misma doctrina y tiene sacramentos válidos,
pero no obedece al Papa aunque tiene cada vez mejores relaciones con la Iglesia
Católica. Sin permiso, un católico no puede comulgar en la misa de ortodoxos
ni tampoco recibir los sacramentos en sus iglesias, aunque reconocemos que sus
sacramentos son válidos.
La Iglesia Anglicana, que en Estados Unidos tomó el nombre
de Iglesia Presbiteriana, se originó cuando Enrique VIII, al no obtener su
divorcio con Ana Bolena en el siglo XVI, se proclamó jefe de la Iglesia de
Inglaterra, martirizó a los obispos fieles al Papa y ordenó obispos favorables
a él, además de aceptar a otros que se separaron del Papa. La Iglesia Católica
reconoce sólo sacerdotes ordenados por obispos legítimos. Con los anglicanos
tenemos casi la misma doctrina pero aún no podemos compartir los sacramentos.
Hemos de orar a Dios para que pronto se produzca la anhelada unión.
La Iglesia Evangélica Luterana se separó de la Iglesia Católica
cuando Martín Lutero protestó contra la venta de indulgencias que hacían
Julio II y León X para construir la basílica de San Pedro en el cerro Vaticano
de Roma, y negó obediencia al Papa. Conservó los sacramentos de bautismo y
eucaristía, sin dar a ésta gran importancia; afirmó que para salvarse basta
la sola fe sin las obras buenas y que la fe consiste en aceptar la sola
Escritura sin hacer caso de la Tradición. Los protestantes fueron invitados al
Concilio de Trento, pero se retiraron en la primera sesión al ver el predominio
de la obediencia al Papa y a la Tradición. Los protestantes niegan obediencia
al Papa, y afirman la salvación por la sola fe (sin las buenas obras mandadas
por Jesucristo: ver Mt. 7, 26; Lc 11, 27) y basada en la sola Biblia (sin la
Tradición). Cada protestante interpreta la Biblia a su modo, generalmente en
forma literal o fundamentalista, otras veces en forma muy liberal y hasta
racionalista, sin contar con un Magisterio público, como el que existe en la
Iglesia Católica. Y como dicen que cada fiel se guía por el Espíritu Santo
para interpretar la Biblia, las Iglesias protestantes se dividen y subdividen
por razones doctrinales y también por cuestiones personales entre los distintos
pastores.
Las Iglesias Pentecostales son movimientos fervorosos que se
originan de reavivamientos espirituales que atribuyen al Espíritu Santo. Hacen
una interpretación protestante de la Biblia, agregan la predicación callejera,
el pago del diezmo a su pastor, lo que les permite multiplicar sus capillas, y
la oración con mucha emoción y expresión corporal, especialmente por los
enfermos. A veces logran sanaciones con las cuales reafirman su fe en el poder
de Dios, como si este poder sólo estuviera en su Iglesia. Cada Iglesia
pentecostal es independiente. Un católico tiene muchos más medios de salvación
que un no católico, pero ambos se pueden salvar, si cumplen sinceramente con lo
que manda su conciencia ( Rom. 2, 12- 24).
El primado de Pedro
Un católico debe aceptar y adherir a la Iglesia Católica
que Jesús fundó. Aceptar a Jesús y renegar de la Iglesia Católica es prácticamente
separar aquello que Dios ha unido y arrancar la cabeza del cuerpo.
La Iglesia Católica, a la que tenemos la dicha de
pertenecer, es la única fundada por Cristo hace ya casi dos mil años, la única
que ha llegado a nosotros sin ninguna interrupción en la sucesión apostólica,
la única que nos ofrece la plenitud de los medios de salvación dejados por el
mismo Jesús.
La Iglesia Católica es la única fundada sobre Pedro cuando
Jesús le dijo: «Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te
lo ha revelado la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo. Y Yo
te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las
puertas del infierno no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del
reino de los cielos, y lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo y lo
que desates en la tierra quedará desatado en el cielo» (Mt. 16, 19). .
Junto al mar de Galilea
el Señor dijo a Simón:
tú estarás en el timón
de la santa Madre Iglesia.
Mis ovejas pastorea
con amor y suavidad,
me las vas a pastorear
con gran amor y cariño
y en las pruebas y peligros
Yo los voy a acompañar.
La sagrada obligación
de anunciar a Jesucristo
obliga como hemos visto
a todos sin excepción.
Cada uno tiene un don,
una gracia y un talento
para que vaya en aumento
nuestra católica fe
Yo los acompañaré
hasta el final de los tiempos.