M U N D O
MÉXICO, HACIA LA PLENA LIBERTAD RELIGIOSA
La agencia vaticana «Fides» recuerda los compromisos asumidos por Fox
CIUDAD DEL VATICANO, 12 julio (ZENIT.org).- «La elección del presidente Vicente Fox podría consentir la realización de un paquete de reformas sobre la plena libertad religiosa y sobre las relaciones entre el Estado y la Iglesia». Lo afirma la agencia de la Santa Sede «Fides», quien ha publicado hoy una entrevista sobre el argumento con Manuel Gómez, director del Instituto de Doctrina Social Cristiana de México.
«Ahora, con la propuesta del presidente electo Vicente Fox, después de 150 años de falta de reconocimiento..., se abre una nueva perspectiva de esperanza», afirma en declaraciones a «Fides» Manuel Gómez.
Según «Fides», si bien la Iglesia mexicana fue reconocida oficialmente hace nueve años, está sometida todavía a «muchas restricciones»: se niega, por ejemplo, la libertad de enseñanza, de manifestación y de utilización de los medios de comunicación a las Iglesias.
Fox, en su campaña electoral, prometió que, si ganaba las elecciones, se comprometería a respetar e impulsar la libertad religiosa y la familia. La agencia de la Santa Sede hace hoy una lista de las propuestas electorales de presidente que asumirá su cargo el próximo 1 de diciembre.
1. Promover el respeto del derecho a la vida desde su concepción hasta la muerte natural. 2. Apoyar la unión familiar. 3. Respetar el derecho de los padres a educar a sus propios hijos. 4. Promover el libre acceso para la asistencia espiritual y religiosa en los hospitales, en las cárceles y en los centros de asistencia. 5. Responder al derecho de las Iglesias de contar con mayores espacios de libertad religiosa (a partir del artículo 24 de la Constitución). 6. Adherir al derecho internacional y a los acuerdos internacionales firmados por México, eliminando restricciones a la libertad religiosa presentes en el artículo 130 de la Constitución. 7. Permitir a las Iglesias el uso de los medios de comunicación para difundir sus ideas y favorecer sus actividades. 8. Promover un régimen fiscal para las Iglesias que permita deducir impuestos, en caso de que contribuyan al desarrollo humano. 9. Autorizar la entrada en el país y la permanencia de ministros de culto de las Iglesias. 10. Promover la homologación de los estudios eclesiásticos en el ámbito civil, respetando los programas y contenidos de las materias propuestas por los seminarios y por los institutos de formación religiosa.
Fox había presentado estas propuestas en un documento electoral hecho público el 27 de abril de 2000.
La vida de la Iglesia en México ha sido complicada en este siglo, afirma «Fides». La Constitución de 1917, inspirada en ideales masónicos y socialistas, negó todo tipo de derechos civiles a los sacerdotes, religiosas, religiosos y seminaristas; a los cristianos les negó la libertad de enseñanza, de manifestación, de prensa y de expresión política.
Estas restricciones dieron lugar a la famosa «guerra de los cristeros» de 1926. Desde 1929, si bien no se aplicaba la ley al pie de la letra, la Iglesia había vivido sin ningún tipo de personalidad jurídica en México y no existían relaciones diplomáticas con la Santa Sede.
La situación comenzó a desbloquearse en 1991, con un proyecto de modernización del país, que preveía el reconocimiento legal de las Iglesias. Si bien se mantienen ciertas restricciones, la ley concede hoy una mayor libertad de acción a las diferentes confesiones religiosas.
FALLECE EL PRESO QUE SOSTUVO EL BÁCULO AL PAPA EN LA CÁRCEL
«Guardaré sus palabras toda la vida», había dicho Gianfranco
ROMA, 12 julio (ZENIT.org).- Le temblaban las manos, el domingo pasado, y también los labios. Estaba orgulloso de haber sido elegido por sus compañeros para sostener el báculo del Papa. Durante la misa en la rotonda de la cárcel de Regina Coeli, todos pudieron ver en televisión cómo sostenía el crucifijo papal con los ojos brillantes por la emoción. Se llamada Gianfranco Cottarelli y tenía sólo 44 años. Había pasado veinte años en la cárcel por un homicidio. Más tarde fue puesto en libertad; pero enganchado en la droga como estaba, tres meses después volvió a estar entre las rejas. Probablemente ha muerto de una sobredosis.
«Tenía un ánimo frágil, bueno y disponible --recuerda a «Zenit» Stefania Tallei, voluntaria que trabaja en la cárcel--. En vista del Jubileo de la cárcel se había empeñado a fondo, tomando con entusiasmo el encargo de distribuir entre los compañeros los libros con el discurso del Papa».
«En una ocasión, me preguntó: --sigue diciendo Stefania--: "¿Te ha sucedido alguna vez el que no hayas podido comer durante un día entero?". Y le respondió: "Los detenidos no siempre delinquen por índole sino por que no están protegidos por la sociedad. He pedido una ayuda psicológica, un trabajo, no he tenido respuestas. Con la cocaína tenía la fuerza de relacionarme con los demás..."».
El capellán de Regina Coeli, el padre Vittorio Trani, no oculta su conmoción: «Esta noticia me ha caído como un mazazo. Sé que vivimos con personas en riesgo, frágiles pero cada vez que sucede un hecho como este siento un golpe tremendo».
El padre Vittorio recuerda la alegría y la emoción de Gianfranco durante el encuentro con el Papa. Mario Marazziti, de la Comunidad de San Egidio, lo recuerda «todo vestido de blanco, mientras tenia el báculo del papa». Y evoca la confidencia que le hizo Gianfranco el pasado domingo: «Cuando ocurrió el atentado del Papa yo estaba ya en la cárcel y era comunista extremista. No sabia rezar pero quería que el Papa se salvara. Sus palabras de hoy las guardaré toda la vida. No hay otro en el mundo como él que sepa dar valor a un encarcelado. Yo desde hace poco voy a misa todos los domingos y el hecho de que el Papa haya dicho una palabra a todos los presos del mundo me da la fuerza de soportar la maldad de la cárcel. Sentirse llamar hermanos y hermanas es una cosa de verdad divina».
SORPRESAS DEL JUBILEO DE LA CÁRCEL EN TODO EL MUNDO
En Cuba el gobierno no permitió al cardenal visitar las prisiones
ROMA, 12 julio (ZENIT.org).- El Jubileo del mundo de la cárcel del pasado domingo 9 de julio, si bien tuvo su momento más simbólico en la visita que hizo Juan Pablo II a la prisión «Regina Coeli» de Roma, vivió un sinfín de iniciativas sumamente significativas en todo el mundo.
En Muyinga (Burundi), por ejemplo, el obispo local, monseñor Nterere, celebró la Misa frente a unos 300 detenidos, pidiendo para ellos mejores condiciones de vida y mayores garantías jurídicas. Para ello, reconoció, es necesario sensibilizar a los gobernantes, así como a los ciudadanos sobre la situación de los detenidos y sus familias.
En Chile, país donde el 70 por ciento de sus 25 mil encarcelados tiene menos de 35 años, los capellanes de la pastoral penitenciaria invitaron a los presos a vivir el Jubileo como peregrinos hacia una Puerta Santa. No se trata, por desgracia, de la puerta que les introduce en la libertad civil, sino de una más importante todavía, la puerta de la libertad interior que ofrece el perdón de Dios y el arrepentimiento, clave para la auténtica rehabilitación.
Fue sumamente emocionante la celebración que presidió el obispo Michel Dubost en el cárcel francesa de Fleury-Merogis en Evry, a las afueras de París. Con sus 4 mil detenidos, definió a este centro penitenciario como «la parroquia más grande» de su diócesis. El prelado se hizo intérprete de los pensamientos del Papa confirmando que «quien viola la ley puede ser privado de su libertad, pero nunca de su dignidad».
En Rumanía, y más precisamente en Iasi, diócesis en la que se encuentran dos cárceles, el obispo Gherghel pidió que se distribuyera la traducción del mensaje papal para el Jubileo de las cárceles.
En Estados Unidos, el arzobispo John Foley, presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, vivió el Jubileo de las cárceles en la State Correctional Institution en Graterford, Pennsylvania (Estados Unidos). En su homilía, el «ministro» para las comunicaciones del Papa confesaba a los reclusos que «nunca antes había estado dentro de una prisión. He visitado lugares que se han transformado en museos. He estado en los campos de trabajo de Auschwitz y Dachau y he visto las cámaras de gas de Birkenau. (...) No he cumplido sin embargo la exhortación de Jesús de visitar a los que están en la cárcel. Os pido perdón por ello». El prelado dio las gracias a todos los que le habían invitado por poder «enmendar este pecado de omisión en mi vida al visitaros hoy».
En Turín (Italia), el arzobispo Poletto repartió entre los prisioneros mil copias del Evangelio.
Entre estas visitas de los hombres de Iglesia a las prisiones, «Radio Vaticano» ha recogido una desafortunada excepción. Se trata de la negación del gobierno de Cuba al cardenal Jaime Ortega y Alamino, arzobispo de La Habana, para celebrar el Jubileo de la Cárcel con los detenidos. Tuvo que contentarse con celebrar la misa con sus familias en el templo de la Caridad. El purpurado pidió de todos modos poder celebrar la eucaristía en las cárceles antes del final del año santo.
APÓSTOL DEL MUNDO OBRERO HACIA LOS ALTARES
El 15 de julio se abre la causa de canonización de Abundio García Román
MADRID, 12 julio (ZENIT.org).- El próximo 15 de julio la arquidiócesis de Madrid abrirá la causa de canonización de uno de los grandes apóstoles del mundo obrero en la España de este siglo, Abundio García Román, fundador de las Hermandades del Trabajo.
Nació el 14 de diciembre de 1906. Tras ser ordenado sacerdote en Madrid, el 14 de junio de 1930, fue nombrado asesor eclesiástico de los sindicatos. De este modo, fundó las Hermandades del Trabajo en 1947. Se trata de una organización de trabajadores cristianos que pretende promover el desarrollo integral de los mismos, solidarizándose en la búsqueda de su promoción impulsando obras y servicios sociales.
Uno de los puntos de su ideario es «la renovación cristiana de las estructuras sociales, mediante la capacitación adecuada de promociones de trabajadores, que actúen plenamente entregados a esta empresa». Otros objetivos son: luchar para mejorar las condiciones laborales, evitar los problemas de precarización de las situaciones de trabajo e impulsar el esfuerzo para que se creen más y mejores puestos laborales.
Las Hermandades del Trabajo tiene proyectos de Promoción social como cauce de incorporación de jóvenes y adultos-jóvenes: inmigrantes, población marginal, desempleo, reciclaje profesional de parados, formación de jóvenes para el primer empleo, autoempleo, etc.
Centros
de las Hermandades
El centro de las Hermandades de Madrid tiene un Departamento de
Cooperación Social y Caridad, cuyo lema es "Trabajar por los demás:
un acto de Justicia". El departamento descubre y atiende situaciones
de riesgo para las familias de los trabajadores producidas por el actual
sistema económico. Su trabajo se divide en: · Trabajadores sociales:
acogida, atención primaria, programa de atención a mayores y enfermos y
promoción de voluntariado. · Área de empleo: búsqueda de empleo,
orientación profesional, iniciativas para pequeñas empresas y proyectos
de autoempleo. · Asesorías: jurídica, fiscal, laboral y psicológica. Otros
departamentos son: Formación Profesional, Acción Apostólica Social y
Acción Familiar.
FALLECE EL OBISPO EMÉRITO DE CANTERBURY QUE PROMOVIÓ EL DIALOGO CON ROMA
Tuvo que afrontar la profunda crisis de la comunión anglicana
ROMA, 12 julio (ZENIT.org).- La noche pasada falleció a los 78 años de edad, Robert Runcie, el arzobispo número 102 de Caterbury, quien estaba enfermo desde hace años de cáncer.
Como arzobispo de Canterbury, Runcie guió la Iglesia de Inglaterra desde 1980 hasta 1991. Para la prensa fue conocido sobre todo por celebrar en 1981 la boda entre el príncipe Carlos y la princesa Diana, y por tratar en vano de salvar esta unión.
Sin embargo, en esos años, la Iglesia que dirigía tuvo que afrontar debates mucho más serios, como el más apasionado de todos, la decisión de ordenar mujeres sacerdotes, o el reconocimiento del divorcio, de las parejas homosexuales, etc.
En Roma, se recuerda a Runcie sobre todo por su importante papel en el diálogo ecuménico. Fue el primer arzobispo de Canterbury que habló de la posibilidad de reconocer la primacía del Papa, suscitando en Inglaterra una impresionante polémica, pues esta confesión cristiana surgió precisamente por la negación de este principio. En 1982, confirmó su posición antes de la visita de Juan Pablo II a Gran Bretaña y lo volvió a hacer con motivo de su visita al Vaticano en 1989.
En una oración que recitó en la Basílica de San Pedro, el primado anglicano había pedido perdón a Dios «por nuestro orgullo, nuestra falta de fe, esperanza y caridad, que son las causas de nuestra división». «Impídenos --concluyó refiriéndose a las divisiones entre los cristianos-- considerar como normal lo que es un escándalo para el mundo y una ofensa para tu amor».
Durante uno de sus encuentros con el Papa reveló a Juan Pablo II que llevaba el anillo episcopal que le había regalado Pablo VI a su predecesor, Ramsey, en 1966. A continuación recordó un encuentro que tuvo en París con el teólogo católico Yves Congar, uno de los grandes padres del ecumenismo, y añadió: «Él comparó en una ocasión el movimiento ecuménico con una pareja de novios que todavía no ha tenido el valor para casarse. Este anillo que regaló un Papa tan querido a un arzobispo también amado parece ser un signo de noviazgo. Es símbolo de un compromiso. Me lo he puesto hoy --concluyó--, en este momento en el que nos comprometemos en la búsqueda de la unidad visible y sacramental entre anglicanos y católicos-romanos en el mundo».
FILIPINAS: LAS LECCIONES DE LA TRAGEDIA DEL BASURERO «TIERRA PROMETIDA»
El padre Mariani, párroco en Manila, comenta la tragedia del derrumbe
ROMA, 12 julio (ZENIT.org).- El padre Giulio Mariani, misionero en Filipinas, trabaja desde hace 15 años como párroco en Manila. La noticia del derrumbe del basurero de Payatas le ha llegado cuando se encontraba de paso por Italia visitando a su familia. Se teme que las víctimas de este barrio de chabolas llamado paradójicamente «Tierra Prometida» sean unas 150.
Al saber lo sucedido, declara a Zenit: «Manila es una metrópoli de 12, o quizá más bien de 15 millones de habitantes, en la que miles de personas viven al margen de la sociedad. Muchos, además, han nacido en estos barrios de chabolas donde encuentran chatarra para revender. Esta era también la situación de la famosa "Smokey Mountain", basurero cerrado por el presidente Ramos con el intento, frustrado, de trasladar a los rebuscadores. Desde entonces la "Tierra prometida", que se encuentra junto a "Smokey Mountain" se ha convertido en la meta de miles de personas. Tras cinco días de lluvia y dos tifones, ha sucedido la desgracia».
Doce millones de habitantes, dos millones sin techo. Cifras que hacen pensar en una epopeya humana. Y sin embargo, los filipinos siempre ofrecen una imagen sonriente, alegre. «Es justo tener esta imagen positiva --responde el padre Mariani--. Visitando las mismas chabolas antes del desastre les habríamos encontrado sonrientes, vivaces, acogedores en su miseria. Es gente que sobrevive pero lleva dentro la alegría. Sin embargo, están apegados a aquel trozo de tierra y pronto volverán a vivir allí y poco después recuperarán también la sonrisa. También en mi parroquia la mitad de los fieles viven en chabolas pero en los últimos años he visto construir algunas casitas, el sueño de todo filipino. En estos casos hay siempre un pariente en el extranjero que manda el dinero: los emigrantes son sus héroes modernos».
Vivimos en un mundo globalizado... y, sin embargo, se sigue muriendo de esta manera. ¿Qué podemos hacer? «Obviamente la pobreza es la causa de todo esto y nuestras intervenciones, hay que decirlo, curan los efectos pero no hay todavía una intervención capaz de ir a la raíz. La gente de las provincias deja todo para perseguir en Manila un sueño de riqueza. Hace quince años, el 10% de la población poseía casi toda la riqueza de país, el 20% estaba constituido por una clase media que en estos 15 años ha logrado mejorar un poco su condición. Todo el resto está en la pobreza, y además el 50% de los filipinos está bajo el llamado límite de subsistencia. Y la situación en esos quince años no ha cambiado. En Filipinas no se muere de hambre, pero muchas personas están en la miseria aunque por un sentido de dignidad muy especial no lo demuestren. Nosotros misioneros sólo podemos invitar a compartir, a vencer el egoísmo personal e internacional».
Como si no bastase, desde hace tres meses Filipinas está en los medios de comunicación por los rehenes secuestrados por los extremistas de Abu Sayyaf. «No es una guerra de religión --explica el padre Mariani--. Musulmanes y cristianos conviven en el estilo de acogida filipina. La política quiere manipular la religión. Hay que distinguir entre Abu Sayyaf, un grupo de terroristas fanáticos condenados por los mismos islámicos, y los musulmanes separatistas del Frente Moro de Liberación (MLF). El 30 de junio acabó el ultimátum del Gobierno al MLF y el Ejército ha ocupado el campo de Abubaka, un símbolo para los musulmanes en Mindanao. No creo, como dice Estrada, que este sea el inicio de la paz; por el contrario, temo que la guerrilla vuelva a golpear pronto. Los obispos muchas veces han invitado a Estrada a no intervenir con las armas, a buscar una tregua, pero el presidente, influenciado por los militares, parece querer proceder en la línea dura. Es una situación muy delicada».
LA IGLESIA EN POLONIA EVOLUCIONA EN SU ACTITUD HACIA LA UNIÓN EUROPEA
Declaraciones de monseñor Pieronek tras años de estudio sobre la integración
VARSOVIA, 12 julio (ZENIT.org).- La decisión de entrar en la Unión Europea por parte de Polonia maduró rápidamente. La entrada está prevista para el año 2003. En la Iglesia, sin embargo, había muchas perplejidades respecto a la UE por lo que el secretario de la Conferencia Episcopal polaca, monseñor Tadeusz Pieronek, viajó en 1997 con una delegación a Bruselas para tener una serie de encuentros con altos funcionarios y políticos de la UE.
«Nos aclaró las ideas y todas las dudas que teníamos al principio fueron superadas al final», afirma monseñor Pieronek.
En declaraciones al diario «Avvenire», monseñor Pieronek aclara las conclusiones a las que se han llegado tras estos años de diálogo. «Se había difundido la idea de que la entrada en Occidente y la integración en las estructuras europeas serían un peligro para la identidad nacional y religiosa de Polonia. Tras el comunismo, la libertad se estaba convirtiendo en un especie de embriaguez, en un cierto momento pareció que todos los valores tradicionales fueran a ser desalojados por una oleada de materialismo y permisivismo. Pero la civilización europea es otra cosa. Se trata de la Europa de las raíces cristianas y de los derechos humanos a la que siempre alude Juan Pablo II. La UE no puede ignorar esta inspiración, así al menos me lo han confirmado muchas personalidades que he encontrado en Bruselas».
Algunos grupos católicos temen que la entrada en la Unión Europea implique la legalización del aborto, de la eutanasia y de otras leyes contra el hombre. «Por desgracia muchos males ya han entrado en Polonia y no es ciertamente culpa de la Unión Europea. La defensa de nuestra identidad depende fundamentalmente de nosotros».
Se da también el temor de que la integración europea acabe con aplastar a los más débiles, como por ejemplo los campesinos polacos... «La Iglesia defiende a los más débiles pero ve también las causas de esta debilidad y espera que sean eliminadas. Es inútil ocultarlo: la agricultura de nuestro país tiene necesidad de reformas radicales y valientes. Es un tema duro y difícil pero hay que afrontarlo. El Episcopado desempeñó un papel de mediación cuando en otoño pasado los campesinos bajaron a las plazas a protestar contra el Gobierno de Varsovia y la Comisión europea. Pero condenó el uso de la violencia, los bloqueos de carreteras y los enfrentamientos con la policía».
Pero verdaderamente ¿vale la pena la adhesión? «Sí. Entrar en una comunidad de estados que se rige por el principio de la democracia y de la solidaridad (ésta al menos debería ser la UE) es un objetivo que la Iglesia valora y sostiene. Para Polonia y para todos los países ex comunistas es un sueño que finalmente está cercano a la realización. Estamos vacunados contra la retórica de los países hermanos que nos había impuesto la Unión Soviética, el Gran Hermano. Y justamente por esto aspiramos a una convivencia fundada en el respeto y la ayuda recíproca».
EUROPA: PROSTITUTAS OBLIGADAS A TENER HIJOS PARA VENDERLOS
Escándalo por la denuncia de una red de venta de recién nacidos
NAPOLES, 12 julio (ZENIT.org).- La investigación se abrió hace seis meses. Según está descubriendo la Justicia italiana, a muchas de las chicas del Este de Europa que vienen a los países occidentales no sólo se les obliga a prostituirse sino que además son embarazadas para vender a sus recién nacidos.
Estas informaciones se han hecho públicas tras el descubrimiento del caso de una muchacha albanesa, que todavía no ha cumplido los veinte años, y que ha contado los detalles de esta nueva espeluznante frontera de la trata de seres humanos.
Un mercado que lleva hasta Alemania. Cuando quedó embarazada no quiso abortar. Pocos días antes de dar a luz, sin embargo, fue obligada a coger un tren para Alemania. En Mannheim, cerca de Francfort, gente sin escrúpulos le hizo dar a luz e hicieron desaparecer al recién nacido. El niño nació en una clínica y después le obligaron a regresar a Italia sin el hijo para poder seguir trabajando como prostituta.
Según esta muchacha, su caso no es el único: en ese centro de Alemania acaban muchas otras jóvenes del Este que se prostituyen en Italia, traídas muchas veces con engaño de sus países o secuestradas, y explotadas por mafias de trata de blancas, embarazadas por descuido o a la fuerza para alimentar el mercado de recién nacidos. Los investigadores han ido a Alemania para buscar las pistas de este terrible mercado y colaborar con la policía alemana en el esclarecimiento de esta nueva e inhumana forma de criminalidad.